Por Alberto Sborovsky
Presidente de la Cámara Paraguaya de Supermercados
En los últimos meses, y en gran parte por la visibilidad que los gremios le han dado, la informalidad está siendo dimensionada y abordada de una manera diferente. La Cámara Paraguaya de Supermercados ha tenido un papel preponderante en visibilizar el Paraguay en negro. Este mal que nos corroe y nos estanca como economía y sociedad, está normalizado y, de alguna manera, “permitido”.
Ha llegado el momento que, desde los gremios, nos despeguemos de una buena vez por todas de la visión de que la informalidad es algo con lo que vamos a tener que lidiar por siempre y para siempre. Llegó el momento de empezar a contar, a explicar, a convencer y a instalar que si el Paraguay en blanco no crece y el negro crece, nuestro futuro será como este último, negro.
Definitivamente, la ausencia de políticas públicas, la contaminación electoral y, sobre todo, la histórica falta de decisión de las élites políticas, económicas y sociales, nos han traído a este escenario, el de poner energías para seguir existiendo como formales, en lugar de que el sector privado formal y honesto pueda enfocarse en crecer e incorporar con empleos dignos y formales a tanta gente que tiene que nadar en el mar de país en negro, sin oportunidades de desarrollarse como seres humanos y luchando en un día a día incierto e injusto.
Desde el sector de retail tenemos claro que un país con instituciones débiles no podrá estar a la altura de los grandes desafíos de este siglo, por eso, estratégicamente hemos tomado la decisión de plantarle cara al comercio oscuro e inhumano, y poner nuestros mejores esfuerzos en colaborar en la construcción de políticas públicas que puedan ayudar a que nuestra nación pueda gozar de un ecosistema económico y social más justo, sin corrupción, para finalmente dejar un país con más oportunidades para nuestros compatriotas.
La pandemia trajo consigo muchos aprendizajes, entre ellos, que de una buena vez por todas tenemos que empezar a transformar e innovar, y no basar nuestra economía en exportación de materias primas sin valor agregado o en la triangulación de productos a países vecinos. Al Paraguay le llegó la hora de la industrialización, y de que el comercio formal y los contribuyentes sean los priorizados y mimados, de lo contrario, seguiremos siendo un país con oportunidades limitadas y altos niveles de desigualdad. Para eso, la alianza de la producción nacional con el comercio formal es clave.
El 2022 es un año desafiante, con una inflación mayor a la habitual, precios de materias primas y alimentos en máximos históricos, cadenas logísticas interrumpidas y posibilidad de desabastecimiento de varios rubros. El papel del supermercadismo nacional será absolutamente clave en todo este ecosistema. Si no se cuida, protege y estimula al Paraguay en blanco, luego de esta tormenta nos encontraremos sin capacidad de respuesta. Desde nuestro gremio estamos comprometidos con la generación de puestos de trabajos formales y con llevar la ola formalizadora a todos los rincones de nuestro querido Paraguay.